Black Adam: Fantasía épica y superhéroes

08.11.2022

El universo cinematográfico de DC cómics no pasa por un buen momento. De hecho, no pasa por un buen momento desde... bueno, desde hace mucho tiempo. ¡Demasiado tiempo! Pero, si bien en los últimos años ha tenido problemas por estrenar películas que tan solo han generado decepción entre el fandom y la crítica, películas cuyo fracaso le ha hecho perder progresivamente a grandes actores que interpretaban a sus personajes más icónicos, el problema por el que pasa actualmente va más allá, pues, tras anunciar que ni tan solo se estrenaría Batgirl a causa del desastroso resultado que era la película, se encuentran con otras dos grandes producciones (la segunda película de Aquaman y la cinta que protagonizaba Flash) paralizadas por los serios conflictos legales en que se han visto envueltos algunos de sus actores protagonistas, lo que supone, además, una nefasta mala imagen para la compañía. No, definitivamente el universo cinematográfico de DC cómics, calidad o ausencia de calidad de sus películas al margen, no pasa por un buen momento. 

Lo que nadie podía imaginar era que, en medio de semejante caos, llegaría de forma inesperada una película tan inmensa como para mostrar al universo cinematográfico de DC comics un camino para salir del pozo en que se encuentra sumido. Aún más sorprendente resulta que esa película no esté protagonizada por ninguno de los héroes icónicos de la editorial, ni siquiera por un superhéroe. El protagonista es Black Adam, villano o antihéroe, depende de a quién le preguntes, pero nunca superhéroe. 

Pero es que la propia película no es solo una historia de superhéroes, pese a que estos, reflejados por la Sociedad de la Justicia que lidera Hawkman, tengan un notable peso en la misma. No, Black Adam es sobre todo una historia épica de fantasía histórica; la historia de un campeón que... ¡Eh, alto ahí! No querréis que os cuente la película, ¿verdad? 

Black Adam, la película, está protagonizada por el mismísimo Dwayne Johnson, quien es además productor de la cinta y, a decir verdad, el responsable de que esta haya podido ver la luz, pues el actor ha estado la friolera de quince años detrás de conseguir rodar esta película, protagonizada por uno de sus personajes favoritos de DC cómics. Esto, desde luego, se nota. La película no solo deja patente el cariño de Dwayne Johnson por el personaje y por el universo de DC cómics, sino que ofrece un espectáculo cuidado al mínimo detalle. Pero si bien Dwayne Johnson es el protagonista indiscutible de la cinta, no hay que olvidar al resto del reparto, el que, en general, hace un gran trabajo. Destacan a este respecto un Pierce Brosnan que se come la pantalla cada vez que aparece en escena, un Aldis Hodge que hace completamente suyo al personaje de Hawkman y un Noah Centineo que, si bien se convierte en el principal alivio cómico de la película, lo hace con un humor medido y preciso, sin excesos ni chistes burdos o infantiles. 

La trama de la película también sorprende. Pese a que en un primer momento (y durante buena parte de la película) da la sensación de ser simplemente una cinta de acción y superhéroes, el trasfondo de ficción histórica que aporta la cinta, así como los giros de trama que ofrece a medida que avanza la historia, crean una historia interesante y muy bien narrada, sin excesos ni carencias. De hecho, me da la sensación de que en las poco más de dos horas de duración de Black Adam apenas sobra o falta nada, argumentalmente hablando. Queda por ver ahora si el gran éxito que está cosechando la película sirve para reconducir el universo cinematográfico de DC comics, perdido en la oscuridad (sí, es un chiste) desde hace demasiado tiempo.

JOAQUÍN SANJUÁN