Compañeros de la Dragonlance 4: El Código y la Medida

25.09.2023

Seguimos con la serie Los Compañeros de la Dragonlance con su cuarto título. En esta ocasión nos encontramos con El Código y la Medida, una novela que protagoniza Sturm Brightblade y que permitirá al lector conocer mejor a los caballeros de Solamnia, en particular al protagonista. Si hay una cosa que no me ha convencido de la novela esto es que, a diferencia de lo sucedido en las tres anteriores, el autor, Michael Williams, no se preocupa demasiado por la coherencia argumental, por lo que encontramos diferentes y serias incongruencias en relación con los títulos anteriores. También con La Forja de un Túnica Negra, pero esto es razonable, pues dicha saga fue escrita después que El Código y la Medida. Sin embargo, rompe sin razón alguna la excelente línea de continuidad que habían marcado Qualinost y El incorregible Tas, y parece desentenderse por completo del resto de libros de la serie, presumiblemente por desinterés, pues habría resultado muy sencillo conservar, al menos, la coherencia en los hechos narrados. 

Pero dejemos a un lado a la serie Los Compañeros de la Dragonlance y centrémonos en el joven aspirante a caballero de Solamnia Sturm Brightblade. Este se embarca en lo que bien podríamos considerar el viaje del héroe, un viaje de transformación en el que hará nuevos amigos (como la elfa Mara y su asustadizo novio-araña), crecerá como personaje, se encontrará con su propio pasado y con ciertos fantasmas que le perseguían y, pese a todo, al final de la novela regresará a Solace, no triunfante, pero sin duda convertido en el héroe que está destinado a ser. Y es que, más que sobre cualquier otra cosa, El Código y la Medida parece tratar del destino de Sturm Brightblade. A lo largo de la historia, y pese a que esta nace y crece en el pasado del personaje, las referencias al destino del héroe son numerosas, y tan rigurosas que nos muestran que Michael Williams pudo no preocuparse mucho por guardar coherencia con lo narrado en las otras novelas de Los Compañeros de la Dragonlance, pero no hay duda de que se sumergió a fondo en la trayectoria de Sturm como personaje, y especialmente en su final, tan heroico como trágico, de forma que ofrece al lector veterano, a aquel que ha leído las Crónicas de la Dragonlance, algunos elementos tan característicos de ese épico momento que casi puede recrearse la escena en algunos pasajes de El Código y la Medida. En general, la novela es un canto de amor al protagonista por parte del autor, y eso es algo que este demuestra con creces. 

 La novela comienza entre caballeros de Solamnia, uno de ellos Sturm Brightblade, pero pronto surge el aparente antagonista de la historia, pese a que nada es lo que parece en El Código y la Medida. Se trata de un hombre del bosque, un flautista capaz de hechizar con su música y que posee poderes sobre el bosque y la naturaleza. Esta aparición será el inicio de una aventura que llevará a Sturm a buscar un enfrentamiento con un enemigo que resultará no ser tal, mientras que, a su espalda, un amigo que tampoco resultará ser tal hace planes para acabar con el joven aspirante a caballero, sin motivo aparente. Todo esto, envuelto en una ambientación repleta de naturaleza, estallará en la resolución de un conflicto que se inició décadas atrás, y del que Sturm, en realidad, no es más que un participante involuntario, vinculado por motivos que ni él mismo imagina. La novela El Código y la Medida se desvela a medida que avanza la historia en una aventura llena de magia, muy del estilo de esas viejas películas de fantasía de los ochenta, y lejos de las novelas de aventuras ligeras que son los otros libros de Los Compañeros de la Dragonlance.

JOAQUÍN SANJUÁN