Dragonlance: Emperador de Ansalon

26.06.2025

Uno de los grandes defectos de la saga Dragonlance, por otra parte repleta de virtudes, es que, por mera estadística, es una de las colecciones de fantasía en la que podemos encontrar más libros malos y de baja calidad. No es de extrañar si tenemos en cuenta la inmensa cantidad de títulos publicados, claro. Si bien hay títulos y trilogías de gran calidad, como Crónicas y Leyendas de la Dragonlance o La Forja de un Túnica Negra, la saga cuenta con un elevado número de libros complementarios a la historia principal, y en la que podemos encontrar todo tipo de historias escritas por un nutrido grupo de autores diferentes. Entre tanto título secundario es donde más abundan las novelas de mala calidad, y parece ser que la Villains Serie, que abarca un total de seis títulos y apareció en la edición en español en forma de novelas independientes, alberga algunos de los peores títulos de la Dragonlance. Tal es el caso precisamente de Emperador de Ansalon, la novela de la que voy a hablaros hoy, y que está escrita por Douglas Niles, uno de los habituales de la Dragonlance, aunque, siendo justos, no uno de sus mejores autores.  

Empecemos por el principio. Emperador de Ansalon debería, al menos a priori, ser una novela de gran interés dentro del amplio mundo de la Dragonlance, ya que narra nada menos que la historia de Ariakas, el campeón de la Reina de la Oscuridad y uno de los máximos enemigos a los que han de enfrentarse Los Compañeros durante las Crónicas de la Dragonlance. Recordemos que tan solo pudo ser derrotado por Tanis el Semielfo y por el hechicero Raistlin Majere trabajando juntos, tal era el poder de Ariakas, uno de los personajes más peligrosos y más duros a los que se enfrentaron los protagonistas de las Crónicas. Y claro, ahí tenemos precisamente el principal problema. En Emperador de Ansalon nos encontramos con un personaje plano y aburrido, que es duro porque el guión dice que debe serlo y porque todo el mundo lo repite, pero que no da muestras de ser especialmente duro. El Ariakas de las Crónicas de la Dragonlance, ese general carismático y peligroso,no vemos ni rastro a lo largo de una novela en la que el peor enemigo al que debe enfrentarse son unos enanos deformados por hongos. La historia es floja, los personajes son flojos y el protagonista no está en absoluto a la altura de su versión original.  

Pero esperad, que todavía hay más. En Emperador de Ansalon existen dos errores notables en relación con el resto de la saga Dragonlance. El primero está directamente relacionado con Ariakas, y es que aquí aparece como un guerrero que obtiene poderes divinos, convirtiéndose en un guerrero-clérico. El uso de la magia es bastante torpe, ya que resulta fácil reconocer hechizos y reglas del juego de rol D&D, cosas que no deberían seguirse tan al pie de la letra en una novela. Pero es que, si recordamos las Crónicas, Ariakas no era un clérigo, sino un hechicero (aunque sí es cierto que en principio fue imaginado como clérigo). Esto de por sí ya entra en conflicto con el propio personaje (por no mencionar de la ridícula forma en que obtiene sus poderes clericales, solo falta escuchar en la escena el sonido de subida de nivel y que acto seguido diga "ya sé magia"). Pero es que además tiene cierta importancia en la trama la corrupción de los dragones del bien y el nacimiento de los draconianos, que no coincide con otras versiones escritas al respecto, e incluso contradice a otra novelas de la Dragonlance. ¡Y no me hagáis hablar de que el motivo de que los huevos se corrompan sea que se les aplica un asqueroso hongo!  

Decididamente Emperador de Ansalon es una de esas novelas prescindibles dentro de la saga Dragonlance, pero hasta tal punto que recomiendo que prescinda de ella incluso al más completista de los lectores, dado que no aporta nada, contradice otras novelas, consigue convertir en un personaje aburrido y plano al poderoso y carismático Ariakas y además narra una historia aburrida y sin interés. ¡Vaya joyita!

JOAQUÍN SANJUÁN