Dragonlance: Hederick el Teócrata
Hederick el Teócrata, novela publicada en la edición en español como volumen independiente, forma parte en realidad de la Villains Series, compuesta por seis títulos, todos ellos editados en español en las mismas condiciones que Hederick el Teócrata. Algunos de los otros libros de la serie son Takhisis o Lord Toede, y todos son independientes tanto entre sí como entre otras novelas de la serie Dragonlance. Esto, claro, es al mismo tiempo una ventaja y un inconveniente. Ventaja porque la novela puede leerse sin necesidad de completarla con otras lecturas, pero inconveniente porque no aporta nada a la línea principal de novelas de la serie Dragonlance, como con frecuencia sucede con este tipo de títulos.

Pese a ello, no podemos negar que algunas de esas novelas ofrecen brillantes historias, ¡dignas de ser leídas tan solo por sí mismas y por la calidad que ofrecen! ¿Será ese el caso de Hederick el Teócrata? ¡Vamos a verlo!
La novela que nos ocupa está escrita por Ellen Dodge Severson, quien al parecer no ha escrito ningún otro libro para la saga. La historia, como es obvio, está protagonizada por Hederick, sacerdote de los falsos Buscadores. Para el que no lo recuerde, fue él quien acudió a El Último Hogar en busca de Riverwind y Goldmoon, para encontrarse también allí a Los Compañeros. Tras una trifulca con el grupo acabó quemándose la mano, pero la intervención del kender Tas, que en ese momento sostenía la Vara Azul, le curó. La reacción de Hederick, fanático y descerebrado por excelencia, fue volver a quemarse la mano, asegurando que así la purificaba de la brujería con la que había sido curado. El personaje, ese grotesco hombrecillo de corazón negro, queda muy bien retratado en la novela Hederick el Teócrata, donde, a diferencia de lo que sucede en otros libros de este estilo, no se intenta blanquear al personaje, ni convertirlo en un héroe caído en desgracia, ni nada por el estilo. No, nada de eso. Hederick era ya un miserable y un fanático de niño, y así nos lo hace ver Ellen Dodge Severson, quien narra los atroces actos que el Buscador hace desde muy joven y hasta su aparición en las Crónicas de la Dragonlance. La historia en general, si bien adolece algunos errores y es bastante floja en las escenas de combate, artificiales y mal escritas en su mayoría, narra una historia bastante interesante, con personajes bien construidos y que por lo general hacen gala de una variedad de grises que los aparta de la dicotomía del bien y el mal. No sucede así con el protagonista, quien, como ya he dicho, tan solo es capaz de cometer terribles maldades.
Quiero hacer una mención especial a los discípulos de Astinus a los que este encomienda que escriban la historia de Hederick el Teócrata, y la interesante manera en la que, a través de dichos escribas, Ellen Dodge Seversoncrea no solo un dilema moral y filosófico, sino que aporta un relieve y una relevancia a los escribas de Astinus que muy pocos autores han conseguido transmitir. El desenlace de esta parte de la trama resulta especialmente interesante, así como una máxima del propio Astinus: «Solo se puede cambiar la Historia viviéndola».
En conjunto estamos ante una novela interesante y merecedora de una lectura, algo que no siempre sucede con los títulos complementarios de la saga Dragonlance. Pero sí con Hederick el Teócrata, una novela que, pese a sus fallos, tiene más virtudes que errores, y que incluye una carga moral de lo más llamativa e inesperada. Por mi parte, queda recomendada tanto a lectores de la serie Dragonlance como a los que no conocen esta gran serie. ¡No olvidemos que Hederick el Teócrata es independiente del resto de libros!
JOAQUÍN SANJUÁN
