El valle del Viento Helado, libro 1. La Piedra de Cristal

17.07.2025

El valle del Viento Helado es uno de los más importantes títulos de Reinos Olvidados, al menos desde la perspectiva de que buena parte del éxito de este mundo de fantasía, tal vez todo, se debe precisamente a esta trilogía. Fue en ella donde se presentó a Drizzt Do´Urden, uno de los personajes de fantasía más populares de todos los tiempos, así como a sus compañeros. Si bien dentro de la serie que se conoce como La leyenda de Drizzt esta trilogía aparece numerada después de la excelente El elfo oscuro, eso se debe únicamente a cuestiones de cronología, ya que la realidad es que primero se escribió y publicó El valle del Viento Helado, y después, a causa del gran éxito que tuvo el personaje de Drizzt, se escribió El elfo oscuro a modo de precuela. Lo curioso del caso es que no estaba pensado como protagonista, sino como compañero y secundario de una historia que protagonizaría el bárbaro, pero fue tal la fama alcanzada por el elfo oscuro que no tardó en eclipsar a los demás personajes de El valle de Viento Helado y en convertirse en protagonista indiscutible de la saga que ahora lleva su nombre. 

Todo esto, en definitiva, es un buen ejemplo de que, a veces, los personajes y las historias escapan del control del escritor y toman su propio camino.   

El primer libro de El valle del Viento Helado es La Piedra de Cristal, que, como podréis suponer después de lo expuesto anteriormente, también tiene el honor de ser la primera novela de La leyenda de Drizzt en haberse escrito, aunque entonces no fuese pensando en semejante serie, ni en semejante protagonista. La novela en sí no es nada del otro mundo, siendo sinceros, y es más en sus personajes que en su trama donde destaca. Sin embargo, hay que concederle que fue un éxito en su época, y es a Reinos Olvidados y a la Dragonlance a quien debemos mucho del éxito que cosechó la fantasía durante las dos últimas décadas del siglo XX.  

La historia presenta a los compañeros, aunque a la mayoría de ellos lo hace de forma más o menos vaga. Drizzt, Bruenor y Regis son ya personajes con cierto rodaje en la historia, con experiencia y con un camino recorrido, y, si bien se dan algunas pinceladas sobre sus orígenes e historias, se hace de forma superficial. A fin de cuentas, eran solo secundarios. La pobre Catti-Brie ni tan solo tiene esto, ya que apenas aparece, y, cuando lo hace, la información que recibimos sobre ella es muy poca. Es en Wulfgar el bárbaro donde recae el foco, y lo cierto es que la historia de La Piedra de Cristal es la historia de Wulfgar. Somos testigos de toda su trayectoria: su juventud con los bárbaros, la guerra contra Diez Ciudades en la que son derrotados y él queda como prisionero de Bruenor, los años que pasa al servicio del enano y cómo estos le cambian para siempre, la rompedora entrada en escena de un Wulfgar adulto que vuelve con su tribu para reclamar su lugar legítimo, y una nueva guerra en Diez Ciudades, en la que esta vez, y bajo el liderazgo de Wulfgar, los bárbaros luchan junto a sus antiguos enemigos contra una nueva amenaza, culminando así un proceso de redención que comenzó cuando Bruenor adoptó al bárbaro. A lo largo de todo esto, claro, será vital la ayuda que Wulfgar recibirá del propio Bruenor, pero también de Drizzt y de Regis. 

La aventura sigue en la segunda entrega de esta trilogía, Ríos de Plata. ¡Busca su reseña en esta misma página!

JOAQUÍN SANJUÁN