El valle del Viento Helado, libro 2. Ríos de plata

25.07.2025

La segunda entrega de El valle del Viento Helado es Ríos de Plata, una novela muy diferente de la anterior, La piedra de cristal. De hecho, lo cierto es que los tres libros que forman la trilogía son prácticamente novelas independientes, pues, si bien es cierto que comparten ciertos elementos en común, la relación entre unas y otras en cuanto a trama es escasa, más allá de que hay una narrativa cronológica y que cada libro va inmediatamente después del anterior, temporalmente hablando. En el caso de Ríos de Plata, la trama se centra en la búsqueda del antiguo hogar de los enanos, búsqueda a la que Bruenor arrastra a sus amigos, con la notable excepción de Catti-Brie. Mención especial merece la trama relacionada con este personaje, pero llegaremos a eso más tarde.  

Bruenor, Regis, Drizzt y Wulfgar parten en un largo viaje que, si todo sale según lo previsto, les llevará hasta el reino perdido de los enanos, del que el padre de Bruenor, y el padre de su padre antes que él, fueron reyes. Asistimos a un road movie en toda regla, que sirve, además de para afianzar de cara al lector tanto a estos cuatro personajes como las relaciones entre ellos, para dar a conocer el mundo en el que viven los protagonistas. No hay que olvidar que esta fue la segunda novela de esta serie que se publicó, y que la primera transcurre en el valle del Viento Helado. Lo que los cuatro compañeros no saben, o al menos tres de ellos, es que un temible asesino, Artemis Entreri, los persigue para dar caza al ladronzuelo halfling y recuperar la gema que da título al tercer libro y que tanto protagonismo tiene en esta trilogía. Dicho asesino, un reflejo oscuro de Drizzt Do´Urden, se cruza con Catti-Brie, y decide capturar a la chica y llevarla con él como un seguro en caso de que las cosas se compliquen con el halfling y sus amigos. De esta forma, Catti-Brie, el único personaje femenino del grupo, se ve relegada al papel de damisela en apuros que debe ser rescatada y que va a ser utilizada para amenazara a sus amigos.  

O tal vez no. Si bien en un primer momento es así, o al menos así es como se nos presenta a los lectores, lo cierto es que Catti-Brie hace gala de un carácter y unas habilidades notables y consigue complicarle las cosas a Entreri y a los volátiles aliados que este hace durante su persecución, e incluso llega a derrotarlos ella sola y a escapar de su cautiverio, cosa que aprovecha para ir en busca de sus amigos y advertirlos. Un buen giro que evita lo que podría haber sido un gran error, dejar a Catti-Brie como dama en apuros, y la convierte en un personaje fuerte y con carácter, lo que indudablemente marcaría la posterior evolución del personaje en las novelas de la serie.  

La sobresaliente evolución que recibe Catti-Brie es, junto con el enfrentamiento (tanto físico como moral) entre Drizzt y Entreri, lo mejor de Ríos de Plata, una novela que, en general, no destaca precisamente por una trama particularmente interesante o novedosa. Un elemento que me resultó redundante fue la inclusión de otro dragón, lo que hace que en las dos primeras novelas de la serie los compañeros se enfrenten a dos dragones, ¡y acaben con ambos! 

 Salvatore empieza fuerte; no es de extrañar la posterior escalada de poder de la que hacen gala los libros de la serie, una escalada que, en mi opinión, resulta exagerada. Pero ya llegaremos ahí. Volviendo con Ríos de Plata, también llama la atención el choque que tiene lugar cuando el bárbaro Wulfgar llega por primera vez a una ciudad, cuna de civilización cuyas reglas y normas de conducta no termina de comprender... ¡Los ingredientes para el desastre están servidos!  

La aventura sigue en la última entrega de esta trilogía, La gema del halfling. ¡Busca su reseña en esta misma página!

JOAQUÍN SANJUÁN