Cinco consejos clave para escribir un relato
De vez en cuando hay gente que me pregunta dudas sobre escritura, sobre cómo dar forma a una idea que les ronda por la cabeza, sobre cómo narrar por escrito una historia. Lo cierto es que no hay una única fórmula válida para escribir, pues cada escritor tiene su propio sistema, y, con frecuencia, lo que a uno le funciona resultará inútil para otro, y viceversa. Sí que hay, sin embargo, una serie de consejos básicos que deben tenerse en cuenta a la hora de escribir un relato, pues nos permitirán obtener un resultado bastante aceptable, puede que incluso bueno. Y es que, pese a que suene a broma, a veces hay que recordar a aquellos que comienzan a aventurarse en el difícil mundo de la escritura que escribir no es solo llenar páginas con palabras. Escribir es contar una historia, y hoy vamos a ver cinco consejos clave a la hora de escribir un relato. ¿Nos acompañas?
1. CREA UN MAPA. Me refiero, claro está, a un mapa de aquello que quieres contar. Uno de los peores errores que podemos cometer a la hora de escribir es tratar de hacerlo con tan solo una idea como base. "Voy a escribir la historia de un caballo que quiere ser actor de teatro", podríamos pensar. ¡Pues eso está muy bien, hombre! Pero hazte un favor y resiste la tentación de comenzar a hilar palabras así, sin más. En vez de eso busca algo de papel y bolígrafo y escribe la frase que resume tu idea. Ahora necesitas un punto de inicio y un punto de llegada, es decir, has de tener claro dónde empieza tu relato y dónde termina. "Pues mira, quiero que empiece con mi protagonista, el caballo, como animal de granja que quiere algo más para sí mismo, y quiero que termine con él recibiendo una ovación en el teatro tras una espléndida actuación". ¡Fantástico! Ya tenemos el principio y el final, lo que supone un gran avance. Ahora solo tienes que realizar algunos apuntes sobre cómo la historia llega desde el uno hasta el otro, y ya tendremos nuestro mapa.
Sé que este es un punto controvertido. "Es que a mí me gusta escribir sin tenerlo todo previamente estructurado", dirán algunos. Bueno, el nivel de detalle que traces en tu mapa es cosa tuya. Pero necesitas tener clara una ruta básica, si es que quieres llegar a algún sitio con el relato. "¿Pero y si luego quiero hacer algo diferente a lo plasmado en el mapa?", preguntarán otros. ¡Pues lo haces! ¿Qué te lo impide? Este mapa debe considerarse como una guía, nada más (y nada menos). "¡Pero es que yo quiero empezar YA a escribir!", dirán los más impacientes. Bueno, pues escribe. Esto, a fin de cuentas, es solo un consejo. Para aquellos con cierta experiencia como juntaletras no siempre será necesario trazar un mapa previo, sobre todo cuando hablamos de relatos cortos. Pero si ves que la cosa no avanza, ¡prueba con lo del mapa! A lo mejor te resulta más útil de lo que tú te crees.
2. DEFINE A LOS PERSONAJES. A diferencia de lo que sucede cuando escribimos una novela, en los relatos no disponemos de mucho espacio para presentar o desarrollar a los personajes. ¡Al menos no de tanto como en la novela, vaya! Esto a veces da lugar a que nos encontremos con personajes planos y mal definidos; personajes que echan por tierra todo nuestro esfuerzo creativo.
Hay algunos consejos básicos que pueden ayudarte a evitar esto. Lo primero, y aunque suene contradictorio, trata de evitar empezar el relato con un largo párrafo de presentación del personaje, y en el que lo describes de forma meticulosa, o incluso cuentas su historia. ¡Eso es un error! Debes tener claro que tu objetivo es contar una historia, no presentar a un personaje. Dos o tres líneas bien definidas son más que suficiente para presentar a cualquier personaje, y evitarás aburrir al lector con descripciones largas y aburridas que aportan poco o nada. Pero vamos a ver un ejemplo. Así presentaba Robert E. Howard a Solomon Kane en Cráneos en las estrellas, uno de los relatos que escribió sobre el cazador de brujas.
Un hombre alto y enjuto, ese era Solomon Kane, de rostro pálido y sepulcral, y ojos meditabundos que resultaban aún más sombríos merced a su austero atuendo de puritano.
¡Más que suficiente!
Otra cosa que debes hacer es darle a tu personaje una personalidad clara, pues de lo contrario te encontrarás con que este actúa de manera incoherente a lo largo del texto, o que se comporta de modo absolutamente neutro. Un pequeño truco que te ayudará a superar este escollo es darle la personalidad de alguien que conozcas bien, sea un personaje de ficción o alguien de tu entorno. ¡Así, cuando escribas al personaje, te resultará mucho más fácil saber qué haría este en cada situación!
3. QUE PASEN COSAS. En ocasiones he leído relatos, novelas incluso, en cuya trama no se cuenta historia alguna. Tan solo nos encontramos con personajes que hacen cosas. Esto a menudo sucede en narraciones que carecen de toda planificación o mapa de ruta; en historias que no son tal porque el autor simplemente se puso a escribir sin saber qué quería contar. Esto pasa sobre todo cuando carecemos de una historia que contar; cuando nuestro foco es el quién y no el qué. Y es un error, pues todo relato debería contar una historia. Si bien se trata de un problema muy extendido, tiene fácil solución: traza un mapa. ¿O es que no has estado prestando atención al artículo?
4. PODA PARA DAR ESPLENDOR. Cuando escribo, hay una técnica que he descubierto que me resulta muy útil, y que da a mis textos un poco más de calidad. Se trata de la poda. Esto básicamente consiste en, una vez escrito el relato, releerlo e ir eliminando palabras, frases e incluso párrafos que aporten poco a la historia. Cuando lo hago trato de eliminar entre cien y doscientas palabras por cada mil que tenga el texto, para así quitar todo lo prescindible. Alguien dijo una vez que en un relato cada palabra debe ser importante. Pensad sobre ello.
5. ¡LEE MUCHO! Cada vez que escucho o leo que alguien defiende que para escribir no es importante leer, me llevo las manos a la cabeza. ¡La lectura resulta fundamental si queremos ser capaces de escribir algo digno de leerse! Pero no solo eso, sino que leer resulta por sí mismo tremendamente beneficioso en muchos aspectos. No, no os voy a dar la turra ahora con eso. Si os interesa el tema, rebuscad por la página web. Hay algún que otro artículo que habla de los beneficios de la lectura. Pero si no me queréis hacer caso a mí, al menos hacédselo a Borges, quien dijo lo siguiente: "Uno llega a ser grande por lo que lee, y no por lo que escribe".
Leed, amigos, leed. Sea para mejorar como escritores o no, sin duda os estaréis haciendo un gran favor. ¡Y, además, disfrutaréis enormemente!
JOAQUÍN SANJUÁN