Héroes de la Dragonlance II, vol.2: Las puertas de Thorbardin
La estructura de las dos trilogías de Héroes de la Dragonlance resulta harto curiosa, pues la segunda actúa como continuación de la primera, y cada libro de esta serie amplia lo narrado en el libro equivalente de la primera serie. Así, por ejemplo, Kaz el Minotauro sigue a La leyenda de Huma, y Las puertas de Thorbardin a Espada de Reyes. Sin embargo, en esta ocasión es Dan Parkinson el autor de la novela, un escritor que ha demostrado con su trabajo en distintos libros y antologías de la Dragonlance que es uno de los mejores autores con que cuenta la saga. Esto queda patente en Las puertas de Thorbardin, novela que, a diferencia de lo que sucedía con Espada de Reyes, de Nancy Varian Berberick, resulta una novela entretenida, ligera de leer, divertida y ágil, pero sin pretensiones. Todo lo necesario para ofrecer una buena lectura a cualquier amante de la literatura fantástica. Ofrece además personajes originales y bien construidos, y una historia llena de entresijos y sorpresas. Para mi gusto personal, probablemente estemos ante una de las mejores novelas de las que forman las dos trilogías de Héroes de la Dragonlance, o puede que la mejor, con permiso de Huma. Destacan sus personajes, tan variados como interesantes. Protagonizan la historia un enano y su prometida, el inevitable kender de turno, un gnomo tremendamente divertido y original, un elfo y un mercenario humano que recuerda en algunos aspectos al Trancos de Tolkien. Completan el grupo un caballo con personalidad propia, un mago tan misterioso como interesante y el enigmático Zas, cuya identidad no revelaré. ¡A decir verdad, no sabría decir cuál es mi favorito!
Pero Dan Parkinson no solamente ofrece buenos personajes, sino que también hila una excelente historia de fantasía. Si Espada de Reyes guardaba relación directa con las Crónicas de la Dragonlance (e incluso aparecían los mismísimos Compañeros como secundarios de lujo), en esta ocasión son las Leyendas de la Dragonlance las que sirven de marco y de trasfondo para la novela. Y, si en la novela anterior los protagonistas buscaban una espada de gran poder y valor, el variopinto grupo protagonista de Las puertas de Thorbardin busca el yelmo de Grallen, hijo del rey Duncan, artefacto que se perdió durante la Guerra de Dwarfgate, que tuvo su siniestro desenlace en los alrededores del ahora llamado Monte de la Calavera y a Fistandantilus como protagonista. ¡Pero los lectores habituales de la Dragonlance, en particular aquellos que han leído las Leyendas de la Dragonlance,saben que hay mucho más detrás de eso!
Destaca también en Las puertas de Thorbardin la manera en la que Dan Parkinson hila diferentes historias. Por un lado tenemos la búsqueda del yelmo que emprende el enano protagonista, aderezada con la de su arrojada y valiente prometida, quien lo deja todo atrás para ir detrás de su amado y ayudarle en su propósito, y demuestra de paso que es una mujer (enana) de armas tomar y con mucho carácter. Por otro lado tenemos al mago, quien libra su propia guerra, y por otro al humano y al elfo, viejos amigos que están decididos a acabar con la ingente cantidad de goblins que proliferan por los alrededores de Thorbardin. Por supuesto, también están Zas y su particular objetivo. Todas estas historias se mezclarán y fundirán en la recta final de la novela para terminar con un explosivo cierre digno de la mejor historia épica. No hay que olvidar al kender y al gnomo, quienes están demasiado ocupados siendo un kender y un gnomo como para perseguir otras grandes metas. ¿Y os he dicho ya que el gnomo vuela?
JOAQUÍN SANJUÁN