I Torneo Kow Regional de Valencia - diciembre 2021
Como os contaba en la crónica de la XI Feria Internacional del Cómic de El Provencio, el primer fin de semana de diciembre fue una auténtica locura. El viernes partí hacia El Provencio, asistí a dicho evento durante un agotador sábado y durante el domingo por la mañana y, tras llegar a Valencia de nuevo, ¡me marché a Goblin Trader Valencia, pues ese día se celebraba el torneo de Kings of War Batalla por Levante!
Evidentemente no pude participar, pero al menos quería asistir al desenlace del mismo y a la entrega de premios. ¡Y de paso podía saludar a los amigos de la fantástica comunidad levantina! Pero, ya que estaba, y tras decidir que no podía dejaros sin crónica, ¡pedí algo de ayuda para poder contaros qué tal había ido el evento! Así pues, en esta ocasión la crónica del torneo no narrará mi experiencia, por motivos obvios, sino que contará con la inestimable y valiosísima participación de tres compañeros: Pablo Triguero como organizador del evento, Mario Murillo como campeón del mismo y Claudio Chust como último clasificado. A todos ellos, toda mi gratitud por su colaboración. Os debo una cerveza a cada uno.
Os dejo con sus impresiones, con las fotos del evento, con las de la entrega de premios y con un breve epílogo al evento. ¡La crónica viene cargada, os lo aviso!
En esta ocasión ha sido él quien ha organizado (de forma impecable, debo añadir) el torneo Batalla por Levante. ¡Vamos a ver qué nos cuenta al respecto!
Ha sido un mes y medio de bastante estrés organizándolo, sobre todo la última semana, que ha sido brutal. ¡Pero gracias a la comunidad de jugadores que tenemos ha salido todo genial! (...) Todos me han ayudado mucho, pero en particular Mario, Nacho y Ángel. (...) Además pude contar con mi amigo Pedro Asensio (ganador de un oro en la Golden Demon, entre muchísimos otros premios de pintura) para decidir el premio de pintura del torneo.
CLAUDIO CHUST - ÚLTIMO CLASIFICADO
La primera partida la tuve contra Imperio del Polvo (Santi Guerra) y, la verdad, la vi tan fácil que me confié y al final me salió mal. La segunda fue contra Howard, compañero de La Guardia del Kraken, quien jugaba con enanos. Ahí cometí una serie de errores al obsesionarme con su artillería, y Howard supo aprovecharse de ello. La tercera, contra los orcos de Iván, fue la más reñida, pues era el escenario de Invadir y cada uno invadió un flanco, pero un error mío dio a mi rival la oportunidad de contar con mayor potencia en la zona invadida.
Consciente de que era un torneo difícil, pues venían grandes jugadores de toda España, y sabiendo que en tres de sus últimos torneos jugados se había quedado a las puertas de alzarse campeón (pero siempre en segunda o tercera posición), le lancé un reto: si ganaba este torneo, un personaje basado en su ejército de enanos aparecería en la siguiente entrega de la saga Lobos de Grímnir. ¡Se mostró entusiasmado con la idea! Como ya sabéis quedó campeón, así que... ¡superó el reto! Pero esperad, él mismo nos cuenta su experiencia.
A nivel torneo iba a ir con Basilea, pero al final no lo tenía todo pintado. (...) Opté por el mismo ejército que llevé en los últimos torneos. (...) Respecto al torneo en sí, en la primera partida acepté el reto de Kube, que llevaba ogros. (...) Él llevaba un centro bastante duro (...), y no me hacía demasiada gracia acercarme por ahí. (...) La partida fue un poco lo esperado: me dediqué a disparar hasta que pude entrar en combate, siempre tratando de hacer cargas definitivas. (...) Al final le maté casi todo y tuve muy poquitas bajas. (...) Fue una partida muy divertida, tenía muchas ganas de jugar contra él.
(...) La segunda partida (...) jugaba contra una lista que me parece bastante buena, con artillería, voladores y unidades con falange. (...) Pude inutilizar todos sus cañones en los primeros turnos, y, controlando a sus voladores, (...) maté a sus caballerías (...).
La última partida fue contra Aran. (...) Su lista llevaba caballerías que mueven y disparan con piercing 1, y también voladores. (...) ¡Sus aeronautas me mataban a los tejones de una sola carga! (...) Me sorprendió mucho que en lugar de ir hacia delante fuese hacia atrás, lo que me permitió avanzar y cerrarle espacios mientras disparaba y desordenaba unidades. (...) Si llega a plantear la partida de otra manera, yo creo que el resultado podría haber sido muy diferente. (...)
Tema clasificación muy contento, porque pude quedar primero, Aníbal quedó segundo y Pascual quedó bastante arriba, así que también ganamos el premio a Mejor Equipo. (...) ¡Y los premios de Pablo son la hostia! ¡Me fui muy ilusionado con la espada de Thorin! Y, bueno, (...) me lanzaste ahí un reto de que, si ganaba el torneo, aparecería un personaje en tu próxima novela, y tal... (guiño, guiño).
No se olvida del reto, no. ¡Y las promesas se cumplen, vaya que sí!
Por otra parte, además de contarnos su crónica del torneo Mario ha querido decir unas palabras sobre la organización del mismo. ¡Debo decir que suscribo palabra por palabra!
A nivel de organización y demás, ya sabes cómo es Pablo y la opinión que tenemos todos de cómo hace las cosas. (...) Me parece la hostia. (...) No solo el buen gusto que tiene y el buen hacer en general, sino que sabe cómo involucrarnos a la gente de su alrededor, a la gente en la que confía, para echarle un cable, en lugar de cargarse él con todo. (...) Al final hace muchas más cosas de las que podría hacer él solo, así que todo fantástico, básicamente.
Antes del epílogo de Fuerte Levante, permitidme que os muestre la foto que me envió Mario Murillo para la página web, y en la que pueden verse su ejército clásico, la espada y el trofeo que se entregó al campeón del torneo y la primera novela de Lobos de Grímnir, que Mario había adquirido previamente. ¡Muchas gracias por el detalle, campeón de Fuerte Levante!
Una fina llovizna caía sobre Fuerte Levante y sus defensores; su paso comenzaba a borrar ya algunas de las huellas de la titánica batalla que se había llevado a cabo en el lugar. Tanto levantinos como aliados se encontraban extenuados y al borde de sus fuerzas, pues el enfrentamiento había sido largo y muy, muy difícil. El invasor llegado desde las lejanas Tierras Interiores era un terrible enemigo, y así había quedado demostrado una vez más.
El Rey Tejón, campeón indiscutible de la contienda, se encontraba frente a la fortaleza, rodeado por sus aullantes jinetes salvajes, quienes gritaban toda clase de insultos y provocaciones al enemigo que huía, sin que les importase en lo más mínimo que semejantes ofensas no tuviesen efecto sobre los muertos vivientes.
El campeón alzó la cabeza de un nigromante, firmemente agarrada por los cabellos, y clavó en ella la mirada. Los ojos del muerto, blancos y acuosos, le devolvieron la mirada.
-Volved cuando queráis -dijo el Rey Tejón-.
Os estaremos esperando.
JOAQUÍN SANJUÁN