El éxodo de los gnomos, de Terry Pratchett
Pongámonos en situación: eres un pequeño gnomo, una criatura de no más de diez centímetros de altura, que vive en una madriguera en medio del campo y lucha a diario contra zorros y ratas a fin de sobrevivir y conseguir alimento para tu comunidad. Comunidad compuesta, por cierto, tan solo por un puñado de gnomos ya ancianos y una gnoma de fuerte carácter que no parece hacerte mucho caso. Ante una situación así, y viendo que la muerte por causas naturales amenaza con exterminar a tu pueblo (pues es natural que mueras si te aplasta una de esas ruidosas máquinas que los humanos llaman coches o si te devora un zorro, y no lo digo yo que lo dicen los gnomos), es obvio que optes por marcharte del que durante muchos largos meses (un gnomo no suele vivir más de diez o doce años) ha sido el único hogar que has conocido, a fin de buscar un sitio mejor para los tuyos. Y para hacerlo deberás dirigir a tu menguado pueblo hacia los rugientes vehículos humanos para ocultaros en uno que os lleve a... a algún otro sitio, a cualquier lugar en donde un gnomo pueda morir simplemente de viejo, en lugar de devorado o aplastado.
Pongamos ahora que, finalmente, logras conducir a tu gente (ancianos y gruñones casi todos ellos, pero tu gente al fin y al cabo) hasta un nuevo hogar, unos grandes almacenes en los que conseguir comida no implica jugarse la vida, pues tan solo husmeando en alguna de las muchas papeleras es fácil encontrar algunas patatas fritas, un trozo de hamburguesa o muchas otras cosas comestibles sin uñas ni dientes, y que además ya están muertas y cocinadas, lo que supone toda una ventaja. Sin embargo resulta que ese nuevo hogar ya estaba habitado. Por humanos, sí, pero a fin de cuentas ellos están en todas partes. Lo que te sorprende es que viviendo en el subsuelo de esos grandes almacenes haya una población de gnomos mayor de lo que, literalmente, serías capaz de contar. Y para colmo de males buena parte de ellos niegan vuestra existencia, asegurando que "no hay vida más allá del centro comercial, pues ese es el único y verdadero mundo". Os ven, os oyen, pero no creen que podáis existir. Ahora, trata de explicarles de dónde vienes.
Probablemente El éxodo de los gnomos sea la novela (perdón, trilogía) más refrescante y divertida que he leído en mucho, mucho tiempo. Escrita por el autor de Mundodisco (saga que personalmente no termina de atraparme), ofrece al lector una buena dosis de humor y fantasía con una fuerte carga crítica hacia la religión, la ciencia y la absurda necesidad humana de buscar un ser superior que permita justificar todo, partiendo de los propios orígenes. Estos pequeños seres, que en nada se parecen a los de "David el gnomo" o a los de sagas fantásticas como Dragonlance o Reinos Olvidados, nos ofrecerán situaciones y diálogos a cuál más desternillante, sin dejar por ello de ser un reflejo de la propia sociedad humana, haciéndonos ver lo absurdos que resultan buena parte de los pensamientos del ser humano sobre el mundo que los rodea.
Pero no hay que olvidar que El éxodo de los gnomos es, sobre todo, una obra de fantasía extraordinaria, capaz de arrancar la carcajada al lector más joven igual que al más veterano, pero que probablemente lo hará por motivos muy diferentes.
Si te gusta la fantasía, si te gusta Terry Pratchett o si simplemente te gusta leer, no debes perderte El éxodo de los gnomos, pues su frescura y crítico sentido del humor la convierten en una trilogía absolutamente imprescindible para todo amante de la buena fantasía.
JOAQUÍN SANJUÁN