El capitán Alatriste, la película

23.05.2022

A mediados de los años noventa, en concreto el año 1996, se publicó Las aventuras del capitán Alatriste, una novela de Arturo Pérez-Reverte que gozó de un éxito enorme en muy poco tiempo, hasta el punto de convertirse en un referente de la literatura histórica de aventuras en nuestro país. No tardaron en seguirle nuevas entregas: Limpieza de sangre (1997), El sol de Breda (1998), El oro del rey (2000), El caballero del jubón amarillo (2003) y Corsarios de levante (2006). Años más tarde, ya en el 2011, se publicó la séptima entrega de la saga, El puente de los asesinos, y desde entonces están anunciados dos alatristes más: La vengaza de Alquézar y Misión en París. Tanto fue el éxito de la saga que diez años después de la aparición de la primera novela, precisamente el mismo año en que se publicó Corsarios de levante, se estrenó en cines Alatriste, una película que recogía las aventuras del ya clásico personaje de Pérez-Reverte. Hoy hablaremos de esta película, de lo que fue y de lo que pudo haber sido.  

Arturo Pérez-Reverte
Arturo Pérez-Reverte

EL REPARTO

Hablemos de datos. Alatriste fue una película que recibió un presupuesto enorme, uno de los más altos del cine español, e incluso contó como protagonista con un actor de renombre: el mismísimo Viggo Mortensen, el Aragorn de El Señor de los Anillos, y venía de, tres años antes, estrenar El retorno del Rey, que se convirtió en una de las películas más oscarizadas al levantar once estatuillas. Alatriste contaba además con un buen número de actores españoles de probada calidad. Javier Cámara interpretó al conde-duque de Olivares, Eduardo Noriega fue el conde de Guadalmedina, e incluso pudimos ver a nombres tan conocidos como Juan Echanove, Elena Anaya, Ariadna Gil, Blanca Portillo o Paco Tous, por mencionar tan solo unos pocos. Profesionales de probada calidad todos ellos, y cuyas tablas pudieron verse en las magníficas interpretaciones que unos y otros realizaron en la película, en la que, sin lugar a dudas, brilló por encima de tanta calidad la más que excelente interpretación de Viggo Mortensen como Alatriste. 

VIRTUDES

La película Alatriste cuenta con no pocas virtudes, más allá del magnífico trabajo de los actores involucrados. De hecho, fue nominada a catorce premios Goya en 2006, pese a que finalmente tan solo pudo llevarse tres de ellos: Mejor dirección de producción, Mejor dirección artística y Mejor diseño de vestuario. No es de extrañar, a decir verdad. No lo es, porque precisamente Alatriste destaca en lo referente a estética, montaje y vestuario, todo ellos cuidado al máximo y de una gran calidad y rigurosidad histórica que ya querrían algunos documentales históricos.  

EL GRAN FRACASO

Pese a su impresionante montaje y a su aún más impresionante reparto, la película contaba con un enorme defecto, y por él fue que Alatriste se convirtió en un fracaso que perdió varios millones de euros. Este gran defecto no fue otro que el guion de Agustín Díaz Yanes, incomprensiblemente nominado a Mejor guion adaptado en los Goya 2006. Por algún motivo que aún hoy no consigo comprender, el director y guionista optó por condensar todos los libros de Alatriste publicados hasta la fecha (hablamos nada más y nada menos que de seis títulos) en una película de algo más de dos horas de duración. El resultado, como se puede suponer, no fue el deseado, aunque sí el que uno puede esperar ante tamaño despropósito, pues condensar seis novelas en una sola película conlleva que, de forma inevitable, sean necesarios enormes recortes. Así, tenemos que Íñigo Balboa, paje de Alatriste, deja de ser el protagonista de la historia (a fin de cuentas, las novelas lo tienen a él como narrador, y ofrece en cada una de ellas un episodio de su vida, desde su infancia junto a Alatriste) para convertirse en un secundario que no sabemos muy bien qué pinta en todo eso. Del mismo modo, su historia con Angélica de Alquézar queda tan recortada y condensada que pierde todo sentido. Francisco de Quevedo también pierde mucho protagonismo, y otros personajes, como Félix Lope de Vega, Caridad la Lebrijana o Gurriato ni tan solo aparecen, mientras que María de Castro pasa a cargar con todo el peso como interés romántico de Alatriste, interés romántico que, por cierto, va mucho más allá que en las novelas y para el que, de forma incomprensible, recortan la propia historia entre ambos.  

 Los recortes sufridos por los personajes no son, sin embargo, el principal problema de la película. Ese lugar corresponde a la adaptación de la trama, sin ninguna duda. Las diferentes aventuras narradas en las seis novelas quedan tan recortadas que la película, por sí sola, apenas tiene sentido, pues en algunos momentos necesitas haber leído las novelas para comprender qué está pasando. Está además el hecho de que más bien parece una sucesión de escenas sueltas y sin cohesión alguna(sacadas de las propias novelas) que una historia por sí misma.

De Las aventuras del capitán Alatriste perdemos episodios tan memorables como el duelo en los corrales de teatro que cierra la primera novela. Limpieza de sangre queda reducida a un breve interrogatorio que queda muy lejos de los acontecimientos narrados en la novela. El sol de Breda pierde tantas escenas memorables como tenía la novela y se ve reducida a una versión muy libre del lance de las caponeras. El oro del rey cuenta con algo más de protagonismo, pero lo hace de una forma tan precipitada que, de no haber leído la novela, no entiendes bien qué está pasando con ese barco ni por qué. El caballero del jubón amarillo prácticamente desaparece, con excepción de algunos momentos que giran en torno a María de Castro. Algo queda también de Corsarios de levante, como la deuda de juego que contrae Íñigo, pero no hay ni rastro de la trama de la novela. De ninguna de ellas, en realidad. Ni tan solo tiene sentido lo relacionado con Angélica de Alquézar, como comentaba antes, de tan apresurado y forzado que resulta todo lo relacionado con la enamorada del muchacho.  

CONCLUSIÓN

Pudo ser una de las mejores películas del cine español, pero se quedó por el camino. De haber abarcado solamente los dos primeros libros, Las aventuras del capitán Alatriste y Limpieza de sangre, con un guion fiel a la obra original, otro gallo hubiera cantado.

Sin embargo, Alatriste cuenta con algunas grandes virtudes. Entre ellas destaca el final de la película, los últimos quince minutos de metraje, que muestran la caída de los tercios en Rocroi, batalla que marcó el principio del fin de los tercios españoles, cuyo glorioso esplendor no volvería a brillar, apagada ya la época en la que España fue un imperio que, con los Austrias, alcanzó tanto el más elevado de los cielos como el más profundo de los infiernos. De eso, al menos, Alatriste es fiel homenaje.

JOAQUÍN SANJUÁN