Warhammer: Malus Darkblade, libro 3: Devorador de Almas
Autor: Dan Abnett y Mike Lee
ISBN: 978-84-480-3614-0
/ 978-84-480-3844-1
(omnibus)
Fecha de publicación: 22
de enero de 2008 / 4
de junio de 2010 (omnibus)
P.V.P.: 10´95 € / 26´50 € (ómnibus)
El tercer libro de la pentalogía Las crónicas de Malus Darkblade, serie escrita por Dan Abnett y Mike Lee, lleva por título Devorador de almas. Esto puede resultar engañoso para aquellos que conozcan en profundidad el mundo de Warhammer Fantasy en el que se ambientan las novelas, ya que dicho título no hace referencia en absoluto al poderoso y temido gran demonio de Khorne, sino al tercer artefacto, una daga mágica, que el protagonista, el elfo oscuro Malus Darkblade, debe reunir para liberarse del demonio que ha poseído su alma. La historia, narrada a lo largo de cinco novelas, comenzó en La maldición del demonio, libro en el que el protagonista es poseído, e inicia una larga búsqueda con el objetivo de volver a ser libre. Si ya en ese primer libro logró obtener el primero de los cinco artefactos necesarios para recuperar su alma, y en el segundo, Tormenta de sangre, consiguió otro de los artefactos, es fácil suponer que en esta ocasión, con motivo de Devorador de almas, el protagonista consigue hacerse con el tercero de dichos objetos, todo ello parte de una larga epopeya que indudablemente culminará en la quinta y última novela de la saga.

En esta ocasión, Malus Darkblade debe enfrentarse a una serie de enemigos que conoce bien, pues son nada menos que su propia familia, empezando por sus padres y siguiendo por sus hermanos. Ya vimos al personaje relacionarse con algunos de ellos en los libros anteriores, a menudo en busca de alianzas beneficiosas, o lidiando con conflictos familiares que tan solo causaban problemas y molestias adicionales a Malus Darkblade. En esta ocasión, sin embargo, la situación va más allá, y las confabulaciones y traiciones, muy frecuentes en los dos libros anteriores, se convierten en el epicentro de la narración, hasta el punto de que la búsqueda de los cinco artefactos llega a quedar en segundo plano durante buena parte de la trama de Devorador de almas. El propio Malus Darkblade sufre en sus propias carnes las consecuencias de esas traiciones, y llega a perderse a sí mismo a causa de la brujería a la que es sometido. Tan solo la influencia del mismo demonio del que intenta librarse, aquel que ha poseído su alma y que amenaza con condenarlo para toda la eternidad, puede hacer que el feroz y sanguinario elfo oscuro salga victorioso del enfrentamiento con su familia. ¿Pero hasta dónde está dispuesto a sacrificar para conseguirlo?
Al igual que sucede con las dos primeras novelas de la serie Las crónicas de Malus Darkblade, descubrimos que Devorador de almas destaca por sus escenas de acción y de violencia, tremendamente agresivas, sanguinarias e incluso dantescas, haciendo honor a la raza de los elfos oscuros, la más cruel y siniestra de las que habitan el mundo de Warhammer Fantasy. Destacan las escenas de combate, en las que los autores saben desenvolverse de forma particularmente notable, y destaca también, más incluso que en las anteriores novelas, el mundo de los elfos oscuros, con un protagonismo especialmente notable en esta novela. Como puntos en contra tenemos principalmente a Malus Darkblade, un personaje plano y aburrido, carente de toda evolución después de tres novelas, y que ya desde el principio se ha visto movido tan solo por el odio, la venganza y la crueldad, sin que los autores se hayan molestado en ningún momento en darle relieve alguno al personaje.
Malus Darkblade es básicamente un perro rabioso que muerde a todo el que se acerca a él, y poco más. Al final, resulta muy poco personaje para una serie de cinco novelas. Aunque, en honor a la verdad, la trama en torno a la que gira la serie tampoco es que tenga mucho más relieve que su protagonista.
JOAQUÍN SANJUÁN
