Warhammer: Malus Darkblade, libro 5: El Señor de la Destrucción
Autor: Dan Abnett y Mike Lee
ISBN: 978-84-480-3684-3 / 978-84-480-3849-6 (omnibus)
Fecha de publicación: 17 de marzo de 2009 / 18 de noviembre de 2010 (omnibus)
P.V.P.: 10´95 € / 26´50 € (ómnibus)
El Señor de la Destrucción es la quinta y última entrega de la serie Malus Darkblade, escrita por Dan Abnett y Mike Lee y dedicada al personaje homónimo, parte de los elfos oscuros de Warhammer Fantasy. La serie, que empezó con La maldición del demonio, arrancó con un encuentro entre Malus Darkblade y un poderoso demonio, quien, objeto maldito mediante, se mete dentro del cuerpo del elfo oscuro y le arrebata su alma. Con la intención de expulsar a dicho demonio y de recuperar su alma, Malus (que, por cierto, ya tienes que ser malo para llamarte así) se embarcará en la búsqueda de cinco poderosos artefactos, lo único que puede salvarle. Ya en esta primera entrega logra obtener uno de los mencionados objetos arcanos, y sigue la búsqueda en las siguientes entregas (Tormenta de Sangre, Devorador de Almas y La Espada de Disformidad), logrando en cada una de ellas un nuevo artefacto. Finalmente, con El Señor de la Destrucción, llegamos al épico desenlace de la serie, y al enfrentamiento final entre Malus Darkblade y el demonio que lo ha poseído.

Probablemente, El Señor de la Destrucción sea la mejor de las cinco novelas que componen la serie, algo muy a tener en cuenta, ya que, por regla general, no resulta fácil encontrar una buena novela de fantasía con un final a la altura. No sucede así con esta serie, en la que, si bien la trama en general no destaca precisamente por su interés y complejidad, la última novela incluye algunos giros de trama que la hacen mucho más interesante y menos previsible que las anteriores novelas. Pese a esto, lo cierto es que los puntos fuertes de la serie Malus Darkblade no son otros que cantidades ingentes de acción (todo muy brutal y sanguinario) y unas escenas de combate francamente espectaculares, a la altura de las desarrolladas por William King para la serie de Gotrek y Félix. En lo que respecta a la trama, si bien la primera novela resulta interesante y ofrece al lector un marco y unos personajes muy llamativos, los libros dos a cuatro son terriblemente predecibles en cuanto el lector es consciente de cómo funciona en esencia la historia: Malus Darkblade quiere algo (a menudo uno de los artefactos que le permitirán liberarse del demonio), todo el mundo parece estar en su contra, sacrifica cualquier cosa (o a cualquiera) para lograr su objetivo, y es más un cabrón con suerte que un estratega o un héroe (adjetivos que, de hecho, no se pueden aplicar al protagonista en absoluto). No hay más. Así, esas tres novelas narra una búsqueda, enfrentamientos contra los enemigos de Malus, y la victoria del elfo oscuro, a menudo por pura cabezonería cerril y tras dejar a su paso un rastro de muerte (tanto de aliados como enemigos) y destrucción. No hay más. Esto hace que el interés del lector decaiga progresivamente a medida que se avanza en la lectura de la serie, pues da la sensación de que nos cuentan la misma historia tres veces. Por suerte, El Señor de la Destrucción difiere de esa estructura, e incluye un cierre para la serie que, por lo general, no es el esperado por el lector.
En definitiva, y de forma general, la serie de Malus Darkblade desde luego no será recordada como una gran saga del género fantástico, pese a las virtudes que posee. Sin embargo, bien podríamos decir que es el equivalente en literatura fantástica a esas películas de acción, tiroteos y explosiones tan habituales en el cine estadounidense: no ofrece una gran historia, ¡pero sí diversión y entretenimiento a raudales!
JOAQUÍN SANJUÁN
