Ya he terminado mi novela, ¿y ahora qué?
Con intención de ayudar a esos autores noveles a encontrar el camino a seguir, os ofrezco hoy un artículo sobre los diferentes pasos y las diferentes opciones y las ventajas e inconvenientes de elegir cada una de ellas.
1. ¿SEGURO QUE HAS TERMINADO LA NOVELA?
2.1. VALE, AHORA SÍ ESTÁ ACABADA. ¡VOY A MANDARLA A UN CONCURSO! ¿O QUIZÁS A UNA EDITORIAL? ¿PLANETA, TAL VEZ?
Sí, sí, buen trabajo y felicidades por terminar esa primera novela, pero, por lo que más quieras, pon los pies en el suelo. ¡Enviar la novela a concursos o editoriales sin saber cómo funciona todo eso puede ser la peor decisión posible!
Empecemos con los concursos. Sin ánimo de entrar a valorar las posibilidades que tiene un autor novel en un concurso al que, de ofrecer un premio medianamente razonable, sin duda se presentarán numerosos autores de dilatada experiencia, lo cierto es que esta quizás no sea la mejor opción para nuestra obra. Los concursos, y esto es importante saberlo, suelen precisar un largo período de espera antes de que obtengamos los resultados del mismo. Lo más habitual es que, después de largos meses aguardando el fallo del jurado, nos encontremos con que no hemos ganado y tengamos que empezar todo el proceso de nuevo con otro concurso. Si encadenamos así cuatro o cinco concursos podemos encontrarnos con que, tres años después de escribir la novela, esta siga en un cajón y nosotros hayamos acumulado frustración tras frustración, hasta el punto de perder las ganas de seguir dándole salida. Además de esto hay cierta controversia respecto a los concursos, porque no todos son aceptables. Sin entrar a valorar la aberración que son los concursos en los que gana la obra más popular mediante votación del público, que los hay, se han destapado muchos casos de grandes concursos de novela en los que los premios han sido otorgados a dedo. No resulta muy fiable, que digamos. Mi consejo, si lo que se quiere es enviarla a algún concurso, es que busquemos algunos más humildes (vamos a olvidarnos por ahora del Premio Planeta, ¿vale?), aunque el premio del mismo resulte muy inferior. Tampoco está de más comprobar las bases, pues hay muchos que no permiten obras que hayan sido presentadas también a otros concursos. ¡Y mientras más dardos lancemos, más probabilidades hay de que acertemos en la diana!
Respecto a las editoriales... ay, las editoriales. Esto da para un artículo por sí mismo, así que lo dejaremos para otra entrada. ¡No os la perdáis!
JOAQUÍN SANJUÁN