Maximum Berserk 01

22.04.2024

 Con esta entrada inicio una serie de reseñas que estarán dedicadas a comentar y analizar tomo a tomo el magnífico cómic que es Berserk, del tristemente fallecido autor japonés Kentaro Miura. Para ello he optado por la edición Maximum Berserk, de Panini Manga, que incluye en cada número dos de los tomos originales. Cabe señalar que estamos hablando de una obra de fantasía oscura que nació a finales de los años ochenta, y de la que se publicaron cuarenta tomos (la mitad si hablamos de la edición Maximum Berserk) antes del fallecimiento del autor. Pese a esto, hay noticias de que la colección seguirá publicándose, con otro autor reemplazando a Miura. Está por ver qué supondrá esto para Berserk, serie que, a mi juicio, es una de las mejores historias de fantasía oscura jamás publicadas. Dicho esto, ¡vamos a por el primer tomo!

 La historia se inicia con El guerrero negro, una aventura que tiene como objetivo presentarle al lector al protagonista, el brutal guerrero Guts. El inicio, como no podía ser de otra forma, parte en una taberna, donde el lector tiene ocasión de descubrir el salvajismo inherente a esta obra, absolutamente cruda y feroz. La historia de este primer capítulo, sencilla y enfocada a establecer un primer contacto con Guts y con el elfo Puck, deriva en un enfrentamiento entre el guerrero negro y el señor local, quien resulta ser un apóstol, campeón de los demonios conocidos como Mano de Dios. Guts se ocupa de él antes de seguir su camino, un camino que, tal y como queda claro desde este primer capítulo, va a estar cubierto de sangre y de muerte. Deja también una pregunta en el aire: ¿quién es Guts y por qué es capaz de derrotar a un apóstol?

El segundo episodio, El estigma, permite profundizar un poco más en el protagonista, y descubrimos que porta una marca demoníaca que atrae a las criaturas de las tinieblas, por lo que nunca puede bajar la guardia ni acercarse a otras personas. En El estigma vemos precisamente qué es lo que ocurre cuando rompe esas dos reglas...  

El tercer episodio inicia Guardianes de la codicia, una historia en varias partes. Este primer tomo abarca las tres primeras. En Guardianes de la codicia (1) vemos una premisa muy similar a la de El estigma: Guts llega a un lugar gobernado de forma tiránica por un apóstol, y que resulta brutal, sádico y sanguinario (por no mencionar la costumbre de comerse a sus súbditos). En esta ocasión, el guerrero negro se ve obligado a enfrentarse a los guardias, pero será rescatado por un individuo que fue cruelmente mutilado, quien busca vengarse del mismo hombre que persigue Guts. Al final del episodio, en un giro inesperado, este descubre algo que lo deja en shock: ¡un beherit! ¿Pero qué y por qué a Guts le afecta tanto encontrarse con semejante artefacto? Guardianes de la codicia (2) trae algunas respuestas al respecto, y descubrimos que el beherit parece ser la llave para invocar a la Mano de Dios, el objetivo de Guts. Paralelamente a esto, la trama ofrece algunas pinceladas sobre el pasado del guerrero negro, y descubrimos que este guarda en secreto alguna terrible tragedia que lo convirtió en el hombre que es. No es hasta el cierre del capítulo, tras combatir contra un campeón del apóstol, que Guts se pone en marcha para ir a por él. En Guardianes de la codicia (3) tiene lugar el primer choque entre ambos. ¡Sin embargo, esto no sucederá hasta las páginas finales del episodio! Mientras tanto, asistimos a otro enfrentamiento entre Guts y el campeón del apóstol, mientras que Puck, capturado en el capítulo anterior, conoce a la hija de este, y a través de ella nos descubre la historia de cómo un buen hombre acabó convirtiéndose en apóstol. El beherit, claro, tuvo algo que ver con todo eso.  

Hasta aquí llega el primer tomo. El inicio de la serie es fuerte y cargado de acción, de terror y de enigmas, en particular todo lo relacionado con Guts y su obsesiva venganza. Esto, claro, se irá desvelando a lo largo de los siguientes números, ¡así que no te pierdas la siguiente reseña de Berserk!

JOAQUÍN SANJUÁN