Reseña de La Guerra de las Sombras

11.02.2024

Una vez más comparto con vosotros una reseña escrita por Rosa Romero, esta vez correspondiente a La Guerra de las Sombras, el cuarto libro de la serie principal de Lobos de Grímnir, publicado en diciembre del 2023. ¡Y aprovecho para dar las gracias desde aquí a la autora del texto por su interés por la serie Lobos de Grímnir!

Por cierto, si aún no tenéis la novela y queréis haceros con ella, solo tenéis que hacer clic en la imagen para poder comprarla tanto en formato físico como digital. Recordad también que podéis leer el primer capítulo de La Guerra de las Sombras AQUÍ.

¡Dentro reseña!

JOAQUÍN SANJUÁN


Después del descenso al horror íntimo de Cacería Salvaje, Joaquín Sanjuán da un giro poderoso y ambicioso a su saga con La Guerra de las Sombras, cuarta entrega de Lobos de Grímnir, que no solo expande el mundo en escala, sino que lo lleva al borde de la aniquilación. Aquí, el tono se vuelve épico en el sentido más clásico de la palabra: ejércitos que marchan, reinos que caen, héroes que se alzan… y una última Loba que aún no ha sido cazada.

Esa loba es Sonja, la Guerrera Roja, y este libro es, ante todo, su historia. Forjada en las nieves de Nueva Málmygor y empuñando un hacha que parece tan parte de ella como su rabia, Sonja se convierte en la heredera natural del legado de los Lobos de Grímnir. Su encuentro con Asesino de Lobos en los pantanos es uno de los momentos más tensos y poderosos de la saga hasta ahora. La figura de Devon, antaño niño roto y ahora brujo espectral, alcanza un nivel de villanía complejo y magnético. Ya no es solo un cazador de Lobos; es el símbolo de todo lo que la Oscuridad puede llegar a convertir.
Ravenna, por su parte, brilla con luz propia como Reina de las Sombras, liderando desde un trono de muerte mientras planea el exterminio final de sus enemigos. Su conversación inicial con Dziva introduce con maestría un nuevo antagonismo femenino cargado de tensión, traición y ambigüedad moral.
La novela se divide claramente en dos planos: por un lado, la cruzada personal de Sonja, que viaja a través de reinos en ruinas buscando aliados, enfrentándose a enviados oscuros y rescatando el último vestigio de esperanza; por otro, el conflicto bélico a gran escala, con una guerra que asola los reinos humanos, muertos vivientes que marchan al ritmo de conjuros prohibidos, y héroes bárbaros que montan osos y defienden su hogar hasta el último aliento.
Sanjuán escribe con la solidez de quien ya domina su mundo. Cada escena tiene peso, cada personaje respira verdad. La acción es trepidante, pero siempre con intención narrativa. La prosa mantiene su equilibrio entre crudeza, lirismo y contundencia. Hay frases que golpean como martillos, otras que brillan con belleza trágica. El autor no teme mostrar la guerra tal como es: sucia, dolorosa e inevitable, pero también heroica, ritual y profundamente humana.Destaca especialmente el tratamiento simbólico del fuego, las runas y los fantasmas. La espiritualidad tribal de Nueva Málmygor, los tambores de guerra, los túmulos y los cánticos en torno a los muertos, contrastan poderosamente con los ejércitos de no-muertos y las voces espectrales de los brujos. Hay una constante lucha entre dos maneras de entender el mundo: la comunión con la vida frente al dominio sobre la muerte.

Pero más allá de la épica, lo que hace que La Guerra de las Sombras funcione es la humanidad de sus personajes. Sonja no es invencible; duda, se cae, llora, y aun así se levanta. Dziva, su antagonista directa, no es una villana de cartón: es una mujer rota, con pasado y motivos. El breve instante en que Sonja se transforma —literal o simbólicamente— ante la mirada de Dziva, anticipa un destino mayor para ella… algo más antiguo y más peligroso de lo que ni siquiera ella sospecha.

Con esta cuarta entrega, la saga se consagra como una obra que no solo entretiene, sino que deja huella. Lobos de Grímnir ya no es solo una saga de fantasía oscura: es una declaración narrativa, una exploración del sacrificio, la memoria y la resistencia. Y aunque este volumen cierra varios arcos importantes, deja el tablero preparado para lo que promete ser un clímax devastador. Porque en esta guerra, las sombras aún no han dicho su última palabra.

ROSA ROMERO
roro86@gmail.com